4 ESTRATEGIAS PARA USAR NUESTRAS FORTALEZAS



Las fortalezas son esas capacidades preexistentes que nos dan energía y nos llevan al éxito y a nuestro mejor desempeño.

Algunas son fáciles de identificar, son aquellas por las que recibimos cumplidos frecuentemente, y otras están menos desarrolladas porque no tenemos la oportunidad de usarlas.

Una cosa es segura, las fortalezas son algo natural en nosotros y se pueden ver subyacientemente en nuestros mayores logros. Es relativamente raro, por contra, que el mejor desempeño de una persona sea el resultado de la superación de áreas de gran debilidad.

En vez de esto, las cosas que hacemos bien, cuando se emplean de manera adecuada en las situaciones propicias, son las que nos conducen al éxito.

Aunque es una noción contraintuitiva, nuestras fortalezas son también nuestras áreas de  mayor crecimiento. aunque algunas de nuestras fortalezas son algo natural, la mayoría de nosotros podemos practicarlas para poder utilizarlas de manera más efectiva.

También debemos hablar de nuestras debilidades, tiene sentido pensar que nuestras debilidades nos frenan, y que trabajando en ellas podemos mejorar. Aunque esto es de sentido común, las investigaciones han demostrado que no funciona así en el mundo real. Sí debemos trabajar en nuestras debilidades, pero es un error poner todas nuestras energías en transformar nuestras debilidades en fortalezas. La metáfora de un barco que se hunde puede ayudarnos a entender esto, si eres un marinero y hay un agujero por donde se filtra el agua en tu barco, tiene sentido atender inmediatamente a ese agujero por el que entra el agua. Las debilidades son como esas filtraciones, demandan nuestra atención si las ignoramos y estamos apunto de naufragar, pero el problema es que aunque las arregles (tus debilidades) no iras a ninguna parte. Son tus velas o tus fortalezas, las que impulsan el barco, y solamente si las condiciones son favorables. Así que hay que prestar cierta a tención alas debilidades, pero sobre todo centrarse en las fortalezas.

Para utilizarlas podemos tener diferentes estrategias:


1.- Identificar nuestras fortalezas:

Lo principal es saber cuales son tus fortalezas y las de las personas con las que convives o trabajas, para poder sacar el máximo rendimiento de ellas. ¿Cómo puedes saber cuáles son tus fortalezas?.  Hay muchas formas. Lo primero es prestar atención a aquellas cosas que te dan energía. Si miras al pasado ¿qué actividades e interacciones son las que te han resultado más satisfactorias?. ¿Sobre qué experimentas más entusiasmo en el momento presente?. ¿Qué es lo que esperas con más ilusión en el futuro?. Donde notes más energía y entusiasmo es donde hay probablemente una fortaleza en juego.
Segundo, recuerda los cumplidos o halagos que recibes de otras personas, este feedback es muy útil para poder identificar nuestras fortalezas.


2.- Construye un vocabulario para tus fortalezas:

Es muy común cuando se entrenan las fortalezas el darse cuenta que aunque haya personas que puedan reconocer cuales son las cosas que les entusiasman o les llenan de energía no puedan nombrarlas con precisión. Por eso es recomendable el desarrollar un vocabulario relacionado con las fortalezas. Podemos incluso imaginar que no hay una serie de fortalezas rígidamente establecidas y jugar a encontrar fortalezas en los demás y tratar de nombrarlas o definirlas o describirlas.


3.- Desarrollar las fortalezas:

Una vez que hayas identificado tus fortalezas  y tengas desarrollado un lenguaje para poder identificarlas y entenderlas trata de intentar utilizarlas mejor de la que has estado haciendo hasta ahora. Para hacer esto puedes tratar de imaginar situaciones en las que estás o en las que puedes estar en un futuro. Las fortalezas no existen en el vacío, se despliegan y son mejor utilizadas en relación con las situaciones. Tómate tu tiempo  para considerar como una situación puede sugerirte utilizar una de tus fortalezas mejor que otra. Asegúrate de que emparejando tu fortaleza con la situación aumentas tu efectividad en ella. También podemos pararnos a pensar en como utilizamos en el día a día nuestras fortalezas: a veces las usamos demasiado y otras  veces demasiado poco y siempre es bueno encontrar un balance en el uso de nuestras fortalezas.

4.- Equilibra las fortalezas y las debilidades:

Para encontrar el equilibrio en nuestras fortalezas podemos pararnos a pensar en como se compaginan entre sí, o también tratar de ver cómo se relacionan con nuestras debilidades. Hay que tomarse tiempo para ver cómo podemos compaginar el uso de nuestras fortalezas de manera conjunta, como una constelación. A veces usamos mucho algunas de nuestras fortalezas y no tanto otras. Debemos pararnos a pensar cuáles son nuestras fortalezas primarias y las secundarias, cómo utilizarlas en conjunto y en que situaciones podemos utilizar unas y otras. Preguntarnos si existen razones por las que usemos algunas de nuestras fortalezas de manera menos frecuente. PEnsar si podemos utilizar algunas fortalezas conjuntamente, o emparejarlas con nuestras debilidades, siempre teniendo en cuenta prestar más atención a nuestras fortalezas que a nuestras debilidades, como una forma de encontrar un equilibrio homeostático entre ellas

Puedes entrenarte en utilizar tus fortalezas usando cada una de ellas de manera más continuada y creativa durante un día u otro periodo de tiempo , de tal forma que te concentres en descubrir nuevos usos de esa fortaleza en diferentes escenarios.